miércoles, 7 de diciembre de 2011

La profecía de las hermanas.

Perduró la humanidad a través del fuego y la concordia
hasta el envío de guardianes,
que tomaron como esposas y amantes a las mujeres del hombre
provocando su cólera.
Dos hermanas concebidas en el mismo océano fluctuante:
una, la guardiana; otra, la puerta.
Una, vigilante de la paz;
otra, trocando magia en devoción.
Expulsadas del cielo, las almas se perdieron
mientras las hermanas continúan la batalla
hasta que las puertas reclamen su regreso
o el ángel retorne las llaves del abismo.
Avanzará entonces el ejército a través de las puertas.
Samael, la bestia, a través del ángel.
El ángel, guardado solo por un tenue velo protector.
Cuatro marcas, cuatro llaves, círculo de fuego,
emergidos del primer aliento de Samahin
bajo la sombra de la mística serpiente de piedra de Aubur.
Dejad que la puerta del ángel se abra sin las llaves,
que poseen las siete plagas y no retornen.
  • Muerte
  • Hambre
  • Sangre
  • Fuego
  • Oscuridad
  • Sequía
  • Ruina
Abre tus brazos, señora del caos, 
que la confusión de la bestia fluya como un río,
pues todo estará perdido cuando las siete plagas se inicien.

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