La ama.
Sin hacer ruido.
En la playa, de madrugada.
Ella se ha dormido sobre su abrigo. Él ha puesto la cabeza sobre su vientre.
Dos jóvenes amantes envueltos en un viento tibio, bajo la luz rosa de un cielo californiano.
Sus cuerpos en reposo, sus corazones cosidos, clavados uno al otro, mientras la pequeña radio puesta sobre la arena emite una vieja balada.